El Diafragma, es anatómicamente anormal, va desde la parte inferior de las costillas hasta las vértebra T6, luego baja hasta L2 a la izquierda y L3 a la derecha.
Además el Psoas se extiende desde la parte frontal del fémur hasta L1, lo que significa que existe una conexión anatómica directa entre él y el diafragma. La respiración, la estabilidad lumbar y la cadera están conectadas, literalmente.
Cuando un cuerpo carece de estabilidad primaria, la creará. El diafragma no solo es un respirador, sino también un estabilizador de la columna vertebral. Sin embargo, el cuerpo siempre elegirá la respiración sobre la estabilidad, y si tiene que renunciar a la estabilidad del diafragma en favor de la respiración, otra parte del cuerpo tiene que reemplazarla.
Cuando el Diafragma pierde su rol el Psoas trata de crear una estabilidad secundaria en un entorno que inherentemente carece de ella.
Se trata de “relajar y estirar el psoas” pero nada cambia, y si se consigue un cambio, ¿por qué es de corta duración?
No solo se trata con la tensión en los flexores de la cadera en el lado anterior, también con la rigidez en la zona lumbar y la posición ineficaz de los glúteos en la parte posterior. Cuando se combina el exceso de tensión en la parte delantera de las caderas, esto altera fundamentalmente la relación lumbopélvica- cadera y puede conducir a una cascada de otros problemas biomecánicos más arriba o más abajo en la cadena cinética.
Debido a la unión del diafragma en la columna torácica, ligado a la musculatura de la parte media de la espalda, también vinculado con las costillas, intercostales y los abdominales superiores en el lado anterior. Si no se respira profundamente, la caja torácica no se expandirá como se supone que debe hacerlo; las costillas conducen a la rigidez y la columna torácica se vuelve hipomóvil.

Lo mismo ocurrirá en la parte posterior del cuerpo en el tejido blando de la columna torácica. Si se lucha contra la tensión o el dolor en la parte media de la espalda, es probable que el patrón respiratorio sea el culpable o al menos un factor contribuyente. Tal restricción de movilidad puede limitar la extensión, flexión o rotación torácica, o producir la sensación de estar “gripado” en extensión o flexión torácica.
Primero se necesitará reeducar el diafragma para que funcione como un respirador, el motor principal para inhalar y exhalar, y como un estabilizador. Lo ideal sería que el Diafragma estableciera el tono para el complejo lumbopélvico, pero atrapados en la respiración apical, no es el caso.
Se observó a 26 nadadores y se midió su curvatura espinal y la fuerza isométrica del tronco antes y después de un entrenamiento respiratorio de inhalación y exhalación usando un espirómetro. Un espirómetro es un dispositivo que se usa para entrenar los músculos de inhalación y exhalación a través de la resistencia durante las actividades respiratorias.

Tras realizar este entrenamiento tres veces por semana en sesiones de 10 minutos, durante cuatro semanas, se descubrió que los participantes en el grupo de ejercicio tenían una disminución de la cifosis torácica de 5,5 grados y una disminución de la lordosis lumbar de 3,3 grados. Al estimular los estabilizadores centrales locales y volver a entrenar el diafragma a través de la actividad resistida, podrían cambiar significativamente la postura.
Aunque es un estudio pequeño, es interesante. Debe replicarse con espirómetros más simples con fines de entrenamiento y en sujetos con dolor. Esto comienza a darnos una idea en la que el entrenamiento basado en la respiración tiene el potencial de tener implicaciones significativas tanto para la estructura como para la función.